Cuántos tropiezan por aquí cerca

lunes, 21 de noviembre de 2011

Requisitos para ser profesor de chino en la EOI; esta burocracia...

 

Cualquiera que se apunte a un curso de chino, donde sea, espera encontrar a un profesor con un aspecto similar a éste; tal vez más joven, tal vez una chica... pero a lo que voy es que espera (y quiere) que sea chino. Todas las escuelas publicitan que sus profesores son nativos, cone experiencia, blablabla. Y en el caso del idioma chino eso significa que sea chino, o al menos lo parezca.
Pues bien, al turrón. ¿Cuáles son esos requisitos? Los siguientes: tener nacionalidad española, tener estudios universitarios españoles o convalidados y saber gallego. Ésos son los requisitos mínimos, de corte; luego si tienes experiencia dando clase en escuelas oficiales, ganas puntos; si estudiaste alguna carrera de filología, ganas puntos; y si tocas el clarinete (no es broma), ganas puntos. El que más punto obtenga, se queda el puesto.
Alguno muy avispado se preguntará: "¿y no piden que sepan chino?". Ahí es a donde quiero llegar; la respuesta es NO. A alguno se le habrá quedado la boca como esa O. En ningún momento se exige saber chino; si lo sabes, tienes más puntos (menos mal). Es posible que esto se deba a que el formulario de inscripción es un modelo que nadie se molestó en revisar en los últimos siglos (eso explicaría lo del clarinete), pero eso no hace que el tema tenga menos "chicha".

Habrá quien piense que mi sarcasmo y mi enfado latente tiene que ver con que a mi mujer (china nativa con nacionalidad española y estudios universitarios, además de muchos años de experiencia como profesora) la hayan excluído de la convocatoria; a esas personas tengo que decirles que tienen razón. Sin embargo, cuando ves el listado de admitidos y no admitidos a la convocatoria y te das cuenta de que a todos los chinos que se han presentado (16 en total) los han excluído y que sólo son admitidos 7 españoles, piensas que algo está muy mal en el sistema.

Y es que no hace falta analizar con mucha profundidad para ver que ña convocatoria está diseñada para excluír a los candidatos chinos nativos: la nacionalidad española es algo que limita bastante la posibilidad de encontrar a un nativo chino entre los optantes; la carrera universitaria en España limita aún más, sobre todo si tenemos en cuenta que el 95% de los chinos que residen en nuestro país tienen su negocio y no les pone tanto como a nosotros licenciarse para el INEM; y ya lo de exigir gallego... Ya no me meto con ese requisito, porque si no, ya la liamos...

Resultado de ese despropósito: el candidato elegido finalmente no sabe chino. ¡Menuda sorpresa! Y lo mejor de todo: de los tres profesores del departamento de la escuela de la que estoy hablando (¿cuál será?) dos no saben chino; esto ya viene de largo...

Pero tranquilos: así se les da trabajo a los españoles y no a los extranjeros; aunque sea dando clases de chino. Despué de todo, ¿a alguien le ha parecido alguna vez que sea importante que su profesor de idiomas sea nativo? Pues eso...

lunes, 1 de agosto de 2011

Los chinos no comen perro



Animado por un amigo, me he decidido a escribir sobre la comida en China. Hasta ahora no lo había hecho porque siempre pensaba “¿Qué queda por contar que no sepa todo el mundo el ya?”. Sin embargo, el otro día me preguntaron por enésima vez si en China comían perros y por enésima vez dudaron de mi rotundo “no” trayendo a colación la historia de un primo de un amigo de un vecino que estuvo en China o conoció a un cuñado de un sobrino de un tío-abuelo que asegura que en China se come perro; y eso me animó a escribir sobre el tema, aunque sólo sea para tratar de acabar con diversos falsos mitos (valga la redundancia).

Para empezar, hablemos de los perros. La de perro es una carne que se suele comer en Corea. No es que se coman a su pastor alemán o que críen chihuahuas para delicatesen de los domingos; simplemente hay una raza de perro en concreto que se cría para su matanza y posterior cocinado. Más o menos como aquí hay vacas lecheras y vacas para carne; gallinas ponedoras y pollos para la carne.

Ahora bien, ¿verdad que en España hay restaurantes italianos, chinos y japoneses? Pues de la misma forma (y con la ayuda de la cercanía) en China hay también restaurantes coreanos. Al igual que en un restaurante gallego no suele haber paella valenciana, no es que ofrezcan perro en todos los restaurantes coreanos que hay en China. Pero en algunos sí. Entonces, ¿se come perro en China? Pues sí, pero del mismo modo que se come pizza en España. ¿Corren peligro los perros en China? Mientras no regresen las hambrunas comunistas, yo quiero pensar que no.

Por cierto, que en este punto recuerdo el mareo que sufrió mi mujer (que es china) cuando comió por primera vez carne de conejo. No se lo dijimos porque a nosotros nos parece normal, pero en China un conejo es una mascota y su shock inicial fue una sorpresa para nosotros. Así que en todo sitios cuecen habas…

Por otra parte, parece que aún hay gente que piensa que en China (en toda China) sólo se comen rollitos de primavera, arroz 3 delicias y platos con nombres poéticos (“familia feliz”, “hormigas que suben al bambú”…). Lo primero recordar la anécdota reciente, cuando mis suegros vinieron a España por primera vez y fuimos a un restaurante chino; mi suegra vio un rollito de primavera y preguntó “¿qué es eso?”. Lo segundo, recordar algo obvio: China es muy grande. En España no nos extrañamos que la comida andaluza sea distinta a la vasca y en cambio pretendemos que en un país unas 10 veces más grande (o creo que más) todo sea igual; por favor…
Los chinos no se van a comer a estos perros como entrante
En concreto, la comida que suele haber en los restaurantes chinos de occidente (al menos aquí en España, aunque lo he comprobado en otros países también) es un popurrí de platos de las zonas pobres de Cantón durante los años 80, época en la todavía se pasaba mucha hambre pero las cosas empezaban a mejorar lo suficiente como para poder escapar del país.

¿Por qué Cantón? Porque es donde las cosas mejoraron antes y más rápido, además de ser la parte de China más abierta históricamente al mundo exterior. ¿Por qué las zonas pobres? Porque si vives bien no te vas de tu país.

Es decir, en el resto de China la comida es y ya era entonces diferente. Y, además, en esas zonas, la comida también ha evolucionado. Igual que aquí ya no comemos papas de maíz con habichuelas, como nuestros abuelos o nuestros padres (si eran de aldea), allí ya son más exquisitos (y ricos) y no tienen que limitarse a “3 delicias”.

Finalmente, de modo esquemático diré que en el nordeste China predominan los musulmanes y su cocina se caracteriza por el uso de la carne especiada; no es que coman kebab, pero son muy famosos los restaurantes musulmanes por sus carnes a la plancha; serían algo así como “los argentinos” de China. En el nordeste, cerca de Siberia, las gélidas temperaturas despiertan el gusto por las cosas cocidas, las sopas y las cosas saladas (en el sentido de carne puesta a “salar”, como el jamón); es famosa la “olla mongola”, una especie de fondue picante donde se cuece finas tiras de carne o verduras para su ingestión inmediata. Por la costa de China, cuanto más al sur, más apetecen las cosas dulces, los platos fritos, hay menos sopas y más nos parece “comida china”, con sus fideos fritos, sus salsas agridulces y similar; sobre todo llegando a Cantón. En el centro del país, sobre todo en Sichuan, lo más famoso es el picante; jamás me he atrevido a probar los platos más fuertes, pero dicen que son los más picantes del mundo. Además es un picante raro, porque no pica en la boca, sino en la garganta y no te da sed inmediatamente, pero te hace sudar casi al instante. Por último, ya según nos acercamos a la frontera con la India la cocina se parece más a la de este país; dicen que es algo usual comer carne de serpiente y de rata, pero yo ahí no me meto, porque no quiero hacer como los hablan alegremente de la carne de perro.

Pues bien, tan sólo me resta decir que con sólo que le haya despejado la duda a una persona o haya conseguido que una persona menos siga diciendo por ahí que en China se comen a los perros, me doy por satisfecho. Aunque me quedo con la curiosidad: ¿cuántos de vosotros creíais (o seguís creyendo, diga lo que yo diga) que en China se comen a los perros?

jueves, 21 de julio de 2011

No busques porno en China



Tal vez hayáis oído ese rumor. Cuentan que en China la pornografía está prohibida. Pero claro, tú piensas “prohibir las salas X y la venta de películas porno puede ser fácil, pero controlar internet  para no encontrar porno…”. Pues sí, es posible. Todo el mundo sabe que internet sólo sirve para 3 cosas: contactar con gente, cometer delitos (descargas, etc.)  y mirar porno. Y en China ese tercer pilar lo han fulminado; o al menos lo han integrado en el segundo. Esto no sólo es sorprendente, sino que tiene consecuencias bastante curiosas.

La primera es pensar en el motivo que llevó a esta decisión inicialmente. Retrocediendo un poco en la Historia, nos damos cuenta de que hasta principios del siglo XX el sexo en China nunca fue un tabú y, al no estar regidos por una religión como nosotros y la represión sexual que conlleva, siempre se llevó con naturalidad. Aún hoy se pueden encontrar figuritas decorativas antiguas con escenas sexualmente gráficas y nadie se escandaliza. Sin embargo, entonces vino el Comunismo y la imposición de valores que intenta convertir al hombre en parte de la manada y apareció la represión sexual brutal que aún se arrastra hoy, acentuada por la política de “un solo hijo” que empieza a desaparecer poco a poco por razones obvias.

Como decía, el motivo de esta prohibición es curioso: si sólo se puede tener un hijo, no podemos permitir que los ciudadanos se nos “enciendan” más a menudo de lo normal, no vaya a ser que cojan a la parienta y tengamos muchos disgustos por todo el país. Es decir, la política de prohibición de tener más de un hijo (que sólo se aplicó estrictamente en el norte del país) conllevó medidas como la gratuidad del aborto y los preservativos, el impulso de la castración y similares y la prohibición del sexo en público. A mí me parece curioso porque si no permites que tus ciudadanos tengan hijos, déjales por lo menos que se desfoguen; al menos así lo veo yo…

Otra cosa curiosa es ver la idea que tienen los chinos del exterior, porque no sólo está la pornografía prohibida, sino prácticamente todas las páginas americanas, como Facebook, Twitter, Youtube, etc. De hecho, casi cualquier página de visionado de vídeos que esté en inglés. Y ahí está la clave: en inglés. Cualquier página que esté en otro idioma, como español, se cuela a las garras del gobierno de forma curiosamente simple. Por tanto, mi conclusión es la siguiente: para los chinos, los americanos e ingleses son unos depravados pornófilos que sólo enseñan guarradas en internet, mientras que los demás tenemos un pase.
Algo que me llamó mucho la atención es cuando ponen en las noticias la última desarticulación de una página web china con contenido pornográfico. Las imágenes que se ven son exactamente iguales a cuando aquí se desmantela una red de pederastia: muestran una serie de fotos pixeladas como pruebas, se ve al webmaster con la cara pixelada como si fuese un terrorista, la policía da una rueda de prensa poniendo cara de asco todo el rato… Vamos, toda la parafernalia, aunque no sean más que fotos de sexo consentido por profesionales.

Por último, un par de cosas que me hicieron mucha gracia. Tuve que ir a Hong Kong un par de veces por temas de visado. Hong Kong, aunque pertenece a China, se rige por una normativa especial en muchos aspectos, y uno de esos aspectos es éste: allí no está prohibida la pornografía. Entonces, cuando bajas del tren que te lleva de la China continental al centro de Hong Kong en Kowloon, casi lo primero que puedes ver es un kiosko repleto (casi no se ve al vendedor) de revistas Playboy en diversos idiomas, revistas porno, revistas de contactos y demás. Es decir, Hong Kong es para los chinos como Francia para los españoles durante la dictadura: el lugar donde ir a ver “las cochinadas”.

También me hizo gracia las dos veces que vinieron a ofrecerme DVDs piratas de pelis porno japonesas. Aunque en un primer momento me acojoné un poco, porque parecía que te ofrecían droga, hablando tan bajito y acercándose tanto (para que el material no saliese mucho a la luz). Yo qué sabía lo que me estaba ofreciendo al principio…

Para finalizar, ruego un réquiem por la triste vida de ese universitario chino que no tiene novia y se queda solo en su cuarto el sábado por la noche porque no tiene plan; y otro por ese soltero treinteañero que llega tarde del trabajo, ya cenó fuera y tiene mucho amor en su interior. Así no me extraña que estudien y trabajen tanto. Qué cruel es la vida. Y aún por encima hay más hombres que mujeres…