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jueves, 21 de julio de 2011

No busques porno en China



Tal vez hayáis oído ese rumor. Cuentan que en China la pornografía está prohibida. Pero claro, tú piensas “prohibir las salas X y la venta de películas porno puede ser fácil, pero controlar internet  para no encontrar porno…”. Pues sí, es posible. Todo el mundo sabe que internet sólo sirve para 3 cosas: contactar con gente, cometer delitos (descargas, etc.)  y mirar porno. Y en China ese tercer pilar lo han fulminado; o al menos lo han integrado en el segundo. Esto no sólo es sorprendente, sino que tiene consecuencias bastante curiosas.

La primera es pensar en el motivo que llevó a esta decisión inicialmente. Retrocediendo un poco en la Historia, nos damos cuenta de que hasta principios del siglo XX el sexo en China nunca fue un tabú y, al no estar regidos por una religión como nosotros y la represión sexual que conlleva, siempre se llevó con naturalidad. Aún hoy se pueden encontrar figuritas decorativas antiguas con escenas sexualmente gráficas y nadie se escandaliza. Sin embargo, entonces vino el Comunismo y la imposición de valores que intenta convertir al hombre en parte de la manada y apareció la represión sexual brutal que aún se arrastra hoy, acentuada por la política de “un solo hijo” que empieza a desaparecer poco a poco por razones obvias.

Como decía, el motivo de esta prohibición es curioso: si sólo se puede tener un hijo, no podemos permitir que los ciudadanos se nos “enciendan” más a menudo de lo normal, no vaya a ser que cojan a la parienta y tengamos muchos disgustos por todo el país. Es decir, la política de prohibición de tener más de un hijo (que sólo se aplicó estrictamente en el norte del país) conllevó medidas como la gratuidad del aborto y los preservativos, el impulso de la castración y similares y la prohibición del sexo en público. A mí me parece curioso porque si no permites que tus ciudadanos tengan hijos, déjales por lo menos que se desfoguen; al menos así lo veo yo…

Otra cosa curiosa es ver la idea que tienen los chinos del exterior, porque no sólo está la pornografía prohibida, sino prácticamente todas las páginas americanas, como Facebook, Twitter, Youtube, etc. De hecho, casi cualquier página de visionado de vídeos que esté en inglés. Y ahí está la clave: en inglés. Cualquier página que esté en otro idioma, como español, se cuela a las garras del gobierno de forma curiosamente simple. Por tanto, mi conclusión es la siguiente: para los chinos, los americanos e ingleses son unos depravados pornófilos que sólo enseñan guarradas en internet, mientras que los demás tenemos un pase.
Algo que me llamó mucho la atención es cuando ponen en las noticias la última desarticulación de una página web china con contenido pornográfico. Las imágenes que se ven son exactamente iguales a cuando aquí se desmantela una red de pederastia: muestran una serie de fotos pixeladas como pruebas, se ve al webmaster con la cara pixelada como si fuese un terrorista, la policía da una rueda de prensa poniendo cara de asco todo el rato… Vamos, toda la parafernalia, aunque no sean más que fotos de sexo consentido por profesionales.

Por último, un par de cosas que me hicieron mucha gracia. Tuve que ir a Hong Kong un par de veces por temas de visado. Hong Kong, aunque pertenece a China, se rige por una normativa especial en muchos aspectos, y uno de esos aspectos es éste: allí no está prohibida la pornografía. Entonces, cuando bajas del tren que te lleva de la China continental al centro de Hong Kong en Kowloon, casi lo primero que puedes ver es un kiosko repleto (casi no se ve al vendedor) de revistas Playboy en diversos idiomas, revistas porno, revistas de contactos y demás. Es decir, Hong Kong es para los chinos como Francia para los españoles durante la dictadura: el lugar donde ir a ver “las cochinadas”.

También me hizo gracia las dos veces que vinieron a ofrecerme DVDs piratas de pelis porno japonesas. Aunque en un primer momento me acojoné un poco, porque parecía que te ofrecían droga, hablando tan bajito y acercándose tanto (para que el material no saliese mucho a la luz). Yo qué sabía lo que me estaba ofreciendo al principio…

Para finalizar, ruego un réquiem por la triste vida de ese universitario chino que no tiene novia y se queda solo en su cuarto el sábado por la noche porque no tiene plan; y otro por ese soltero treinteañero que llega tarde del trabajo, ya cenó fuera y tiene mucho amor en su interior. Así no me extraña que estudien y trabajen tanto. Qué cruel es la vida. Y aún por encima hay más hombres que mujeres…

1 comentario:

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