Cuántos tropiezan por aquí cerca

lunes, 6 de febrero de 2012

Perros chinos

Akita japonés; ¿cómo puede ser tan peligroso con esas orejitas?

Estoy seguro de que si a cualquiera le preguntases por una característica particular de los asiáticos, por no decir chinos, todos sabrían decir alguna y apuesto que la gran mayoría tendría que ver con los ojos, esos ojos oscuros y con forma de avellana. Yo añadiría el pelo oscuro y lacio, el torso proporcionalmente mayor que las piernas, el color de la piel, la forma de la cabeza... Muchas otras cosas, vamos.

Pero lo que alguno no sabrá, y a mí me llevó bastante darme cuenta, es que estas características diferenciadoras también se dan ente los perros. Hay perros que son inconfundiblemente asiáticos, o que seguro tienen algún lejano pariente de allí.

Hay algunas razas asiáticas comunes aquí, como los pekineses o los chou-chou, y algunos que se empiezan a ver, como los akita japoneses, perros de presa que pueden engañar por su aspecto afable. Yo no soy experto en perros, por lo que puede que haya alguna otra característica que se me escape, pero hay una que es común a todos ellos: el rabo encaracolado. Fijaos; todos los perros asiáticos tienen el rabo que parece una ensaimada.

Yo creía al principio que eso tenía más que ver con la raza que con una característica de la zona. Los chihuahuas son pequeños no por ser de México, sino porque son así. Los pastores alemanes no son grandes por ser alemanes, etc. Sin embargo, cuando vi un pastor alemán con el rabo en espiral y un salchicha con una cola de gorrinillo, me di cuenta de que algo pasaba con los perros en China, o Asia en general.
Así, llegue a la conclusión de que no sólo sus dueños están condenados a una constante cara de sospecha, sino que también los perros llevan su cruz con una cola que, si se despistan, en un momento de efusión pueden fustigarlos en su baja espalda o en alguna zona algo más sensible.