Cuántos tropiezan por aquí cerca

viernes, 27 de mayo de 2011

El cine de China; las cosas estan cambiando

Warlords: una de las películas chinas que más me gustó durante la época que vivía allí
Que algo está cambiando en la forma que el mundo ve a China y China al mundo es una obviedad. Eso se nota en muchos aspectos, pero hay uno que me llamó especialmente la atención mientras vivía allí: el cine.
Es una de mis aficiones preferidas, así que es normal que al vivir allí una de las primeras que cosas que hiciese fuese enterarme de dónde encontrar un cine (algo más complicado de lo esperado), informarme de cuánto costaban las entradas y comprarme películas (pirateadas, por supuesto; allí no es ilegal) prácticamente todas las semanas. Lo del precio de la entrada fue muy complejo porque descubrí que, al igual que en Suiza, allí el precio de la entrada depende de la película. Las americanas las más caras, además; que por otro lado eran las únicas que se podían ver en inglés con subtítulos en chino (que iba a ser de mí sin ellos…).

Pues bien, lo que me llamó poderosamente la atención es que en China los grandes carteles de publicidad no estaban copados por superproducciones estadounidenses, ni en los cines las películas americanas ocupaban el 90% de la cartelera; lo que realmente lo petaba era el cine chino. Es más, el CHINO, no el de Hong-Kong.

Volvamos atrás unos años para darnos realmente cuenta de la diferencia. En los años 80 en China se pasaba hambre; los fracasos de Mao y el comunismo todavía coleteaban en el país y la situación era muy delicada, lo cual desembocó en el 89 en lo que todos sabemos (aunque en China oficialmente no sucedió nada). Siempre me ha llamado la atención que mi mujer no tuviese TV en casa hasta el año 1994, y era en blanco y negro aún.
Sin embargo, mientras tanto Japón lo petaba en todos los órdenes. Los japoneses se comían el mundo y parecía que eso nunca cambiaría. En uno de los momentos más álgidos unos japoneses vinieron a Barcelona para comprar la Sagrada Familia, así que…

Lo que molaba era el Karate (“mano vacía” en japonés), el japonés era el idioma del futuro… vamos que Japón era como China ahora.

Mientras tanto, en China la cosa no estaba bien, como dije. Sin embargo, Hong-Kong pertenecía al Reino Unido y la cosa iba bastante mejor. En los 80, de hecho, la cosa iba muy bien y sólo hizo mejorar en los 90, ya que allí la crisis llegó en 1998, mientras Japón ya se quedó en la cuneta desde 1991. HK rebotó en unos pocos años gracias a la ayuda de su nuevo “jefe” (China); Japón sigue ahí, por cierto.

Entre otras cosas, el cine de HK en aquella época era lo que triunfaba en todo Oriente y actores como Bruce Lee se comían el mercado mundial (qué tiempos aquéllos en los que Jackie Chan intentaba saltar al panorama internacional rodando películas en Barcelona). Allí se habla cantonés, y por eso las películas se rodaban en ese dialecto. Los actores de China continental tenían que aprender cantonés si querían tener una oportunidad en el mercado.
Cuando Jackie Chan rodaba en Barcelona con actores españoles; qué tiempos...

Hubo muchos temores cuando HK pasó a China en 1997, pero los peores augurios no se cumplieron. Sin embargo, algo debió suceder pues a partir de esa fecha los mejores actores y directores de HK empezaron a abandonar la zona e irse a Hollywood.

La cosa fue cambiando mucho. Y mientras tanto, China fue creciendo a ritmos inauditos, hasta llegar a la situación actual, de éxito económico indudable. Y en el cine eso se ha reflejado en mejores efectos especiales, sueldos muchísimo más altos y, como decía al principio, al éxito comercial de su cine. Curiosamente, ahora los actores que nacieron hablando cantonés, ahora aprenden a hablar mandarín, para tener una oportunidad en el mercado (por cierto, excepto Jackie Chan, todos tienen un acento horrible; pensad en Mourinho hablando portuñol).

Ahora lo que lo peta es el kung fu (incluso en Karate Kid lo practican), todo el mundo quiere aprender chino y se discute en cuántos años China superará a Estados Unidos (el único que le queda por batir ya).
Cuando vas al cine en Beijing, es difícil encontrar películas que no sean chinas; sólo encuentras las mayores supermegaproducciones de Hollywood (yo vi Avatar, Iron Man 2, Furia de Titanes y alguna más que no recuerdo). Por lo demás, alguna europea que llegó de rebote y muchas películas chinas; y por cierto, con muy buena pinta. Las que he visto estaban muy bien, además; no hay finales felices artificiales, ni el bueno es tan bueno y el malo tan malo, ni te sabes el final desde el minuto 5, pero te molan igualmente.

Siempre se ha dicho que lo bien que va una economía se mide por lo bien que va la cultura; es decir, cuando se empieza a gastar es cosas sin valor económico directo.  Si es así, las cosas parece que van pero que muy bien en China. Por cierto, que los actores chinos ya empiezan a llegar a Hollywood (Jay Chou, Zhang Ziyi, Maggie Q…). Parece que mientras unos países nos desinflamos, otros sacan pecho.
Una de las películas más publicitadas en China durante 2009 y 2010 y, sin embargo, gran fracaso de público y crítica. Por cierto, nuevo ejemplo de traducción desafortunada de título de película extranjera

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